CURACIÓN DE SORDERA TOTAL
Christa N. vive en Alemania, tiene 75 años. A los 30 años comenzó a tener problemas de audición. Se desarrolló otosclerosis.
La otosclerosis es una enfermedad que afecta principalmente el estribo, uno de los pequeños huesecillos óseos en el oído medio. Para tener una audición normal la cadena de huesecillos necesida ser capaz de moverse libremente en respuesta a las ondas sonoras. Lo que sucede en la otosclerosis es que el material óseo anormal crece alrededor del estribo. El pie del estribo, donde se une a la cóclea, es por lo general cuando se inicia la enfermedad. El hueso anormal reduce el movimiento del estribo, lo que reduce la cantidad de sonido que se transfiere a la cóclea. El crecimiento del hueso anormal es muy gradual. Sin embargo, con el tiempo pueden convertirse en el estribo fijas, o fusionados, con el hueso de la cóclea que puede causar la pérdida grave de la audición. La pérdida de audición se conoce como pérdida de audición conductiva (las vibraciones sonoras no pueden llevar a cabo, o se transmiten, desde el estribo a la cóclea). En la mayoría de los casos, es sólo el estribo que se ve afectado. Sin embargo, a veces, con el tiempo, la otosclerosis puede también afectar a la cubierta ósea de la las células nerviosas dentro de ella y la cóclea. Si este es el caso, el daño a las células nerviosas significa que la transmisión de los impulsos nerviosos en el cerebro puede ser afectada. Otro tipo de pérdida de audición, llamada hipoacusia neurosensorial, entonces puede ocurrir. Es muy frecuente que esta pérdida auditiva se acompañe de la aparición de ruidos espontáneos en los oídos o zumbidos, e incluso en ocasiones mareos o vértigo, problemas de equilibrio, dolor de cabeza, trastornos de la memoria y insomnio. La otosclerosis puede llevar no solamente a hipoacusia conductiva, sino también a pérdida nerviosa. La enfermedad generalmente afecta a ambos oídos (Enciclopedia Médica).
La audición de Christa disminuyó tanto que ella llevaba un audífono. Fue operada cuatro veces, no obstante, ninguna de las intervenciones quirúrgicas tuvo éxito. A los 40 años, ella fue operada por primera vez en el oído derecho, luego dos veces en el oído izquierdo. En 2005, otra vez en el oído derecho, se realizó la cuarta operación, tras la cual la audición de ella se perdió por completo. Antes de la operación le habían dicho que solamente iban a examinar el oído, pero la operación duró 5 horas con anestesia general, de la cual se despertó con dificultad. Le ayudaron a recobrar el conocimiento, y después de eso, ella quedó completamente sorda y escuchaba ruidos en los oídos (tinnitus). Christa se comunicó con la ayuda de notas, cartas y por fax.
Después de leer el libro “¡ESTAS SEÑALES ACOMPAÑAN A LOS QUE CREEN EN EL EVANGELIO!”, sobre el Camino de Dios y los milagros y curaciones que Dios realiza, Christa se dirigió a la Iglesia de Kovel con su necesidad de oración. Siguen la traducción del alemán al español de algunas manifestaciones de sus cartas:
“...Hace 8 años, me ensordecí completamente después de una operación, desde entonces escucho sonidos terribles y ruidos en los oídos, que se han agravado todavía más. Por la noche no puedo dormir. Mis nervios están sumamente irritados, siento dolor de cabeza, me hacen chiribitas los ojos y tengo problemas de equilibrio cuando camino. Así estoy sufriendo cada día ...”
“Acabo de recibir su fax. Querría decirles que quiero volver a unirme a sus oraciones del Domingo. Les agradezco a ustedes y a la Iglesia de Kovel por sus oraciones. Saludos cordiales, su hermana en el Señor, Christa.”
“Hoy, el Domingo, voy a seguir invocando a Jesús, mi Señor, a la misma hora que ustedes y no voy a desistir hasta que sea curada. Les pido que oren por mí. Cordiales saludos. Christa.”
Y luego, el 20 de agosto de 2014, Christa agradeció al Señor Dios por la curación milagrosa de la sordera absoluta, que sucedió después de las oraciones de la Iglesia de Kovel:
“¡Querido hermano! ¡Estoy curada. Aleluya!
¡Jesús me redimió!
¡Jesús me liberó!
¡Jesús me curó!
Ahora les pido a los hermanos que ya no oren por causa de mi sordera.
¡Bendito sea el nombre del Señor!
Gracias a todos ustedes que invocaron al Señor.
“Muchas son, Señor, Dios mío, las maravillas que Tú has hecho, y muchos tus designios para con nosotros; nadie hay que se compare Contigo; si los anunciara, y hablara de ellos, no podrían ser enumerados. Sacrificio y ofrenda de cereal no has deseado; Tú has abierto mis oídos …” (Salmos 40:5-6). Saludos muy cordiales, Su Christa.”
Así se cumplen las palabras de Jesús Cristo: “...los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos son limpiados y los sordos oyen, los muertos son resucitados ...” (Mateo 11:5).
¡Gloria al Dios Vivo por todo!
Christa N
Hamelín, Alemania
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